martes, 17 de febrero de 2015

A TUS BRAZOS

Evocándome en tus brazos
se acrecientan mis anhelos. 
Te recuerda mi piel y te desea.
Constante pasión que me provoca 
correr la distancia que separa
y encontrarme en los besos 
de tu boca. 
 
¡Mi deseo ferviente tu presencia exige!
Reniego la frialdad de este hondo vacío. 
Y es que en la sequía de tu amor
mi prado ardiente extraña, 
en cada aurora, tu rocío. 
 
Cada noche el desvelo me destruye...
Evocando la fuerza de tu vientre.
Hacia tus brazos corren mis pasos sin orgullo.
En la esperanza de hacerte mío 
me construyo.