Te escucho en la distancia.
Tu voz, es canción de mar
tu piel es tostada arena,
tu piel es tostada arena,
reflejo de soles y sal.
Navegas sobre las olas,
Navegas sobre las olas,
despiertas sueños dormidos
y yo que te extraño tanto,
siento que en verdad
no has partido.
A tus brazos me encamino
sin dirección ni compás.
A tus ojos que me muestran
veredas de inmensa paz
a tu espíritu afable,
a tu proceder amable
y a tu forma tan noble
y a tu forma tan noble
de ser y de sentir.
A tus labios, y a tu piel...,
A tus labios, y a tu piel...,
por este amor que en sus ansias
no entiende de distancias...
no entiende de distancias...
«¡Hacia tus brazos voy!»
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