TE ESCRIBO UN VERSO

En tus ojos se juntan todos mis mares.

Marullos de largas cabelleras

y bailan con el beso de los ríos 

y la música del viento en la ladera.

En mis ojos destellan las palabras 

un alear de pájaros cautivos, 

largas notas de canciones inventadas

símiles, metáforas y adjetivos.

Ven a beber de estrellas y luceros 

ven a mojarte en cada estrofa

y en cada rima...

Y verás que los versos que me inspiras

son fracciones de mi mente enamorada 

indicándo el sendero escondido 

hacia el sueño de mi alma apasionada.

Por que mi hogar de luces 

hoy te espera

ansiando a que me inspires un poema.

SIN BANDERAS

Refugiada en el vientre 

de las sombras. 

Disfruté del silencio 

al estar sola...

Despojada 

de mis luchas y mis guerras... 

¡¡¡Me rendí al deseo de la tierra!!! 

Y fui semilla

enterrada en sus adentros

que mudaba su piel

seca y arcaica 

que empujaba hacia el sol

buscando aliento

en total solitud

y aislamiento.

Y en el vientre de mi alma

germinó "vida"

al rendirme 

al deseo de la tierra. 

 

MUJER ENIGMA

Soy mujer, soy un enigma.

Poseo el instinto de las hembras  

y soy fiera.

Cargo en mi cuerpo 

el misterio de la vida 

y darle sentido a mi aliento

eso quisiera. 

Soy hermana de la lluvia 

y la tormenta 

y mi voz, 

es relámpago y pasión. 

En el trueno dejo puntos suspensivos  

el instante que he vivido 

hecho canción. 

Desde el hueco de mi vientre  

he lanzado mis semillas 

miles hijos, 

cien poemas...,

mi nación.

Y mi tierra se ha hecho fértil 

desde adentro

con mis frutos

con mis letras...,

mi ilusión. 

MAR DE RISAS

Yo fui un mar de risas en la playa.

Al pie del agua soñába de lagunas.

Con mis niñas manos en la arena mojada 

quise contruir castillos a la Luna.

Crecí como ola del Caribe 

pues yo también fui mar, 

en mis esencias.

Fui un mar en paz 

y un mar en guerra

Fui un mar de amores, naufragado 

encallado entre los celos y querellas.

¡¡¡Mas aun en esas noches de tristeza

soñába de peces y de estrellas!!!

Estrellas que me guiaran nuevamente, 

a la niña que iba al mar y sonreía. 

Que jugando entre sus olas, prometía 

"A este amor de mar que tú me inspiras, 

un día lo haré eterno en mi poesía"

Y aun estando lejos del Caribe,

nunca olvido el juramento

que le hice, allá, en su orilla.

Porque el Sol candente, 

que en mi isla brilla...

¡Selló mi promesa de amor, 

con su beso bronceador 

en mis mejillas!