jueves, 27 de noviembre de 2014

CANTO A LA VIDA

Cuando morí a mis odios
y comencé a vivir...  
Y sentí cosas bellas 
que las quise escribir... 
La melodía de un verso 
cuando entona en mi alma,
la majestad del silencio 
cuando todo está en calma.

El rostro de un niño 
cuando disfruta de un  cuento.
La ternura que siento 
por mis queridos nietos. 
Sus cabellos despeinados, 
y abrazos apretados
y ese gozo de verlos crecer a mi lado.

Con el paso de los años
gané sabiduría 
pero al intentar compartirla 
entendí que era mía. 
Y al sentir soledades 
inventé alegrías 
y ellas me acompañan 
casi todos los días.

Deseando ayudar, 
decidí esperar
a que me pidan ayuda 
y así, hacerme apreciar. 
Miré en mi interior 
y aprendí a no juzgar.
En mis noches de angustia 
no dejé de soñar.
  
Siempre que me hundí
en la profunda mar
el escribir mis sentires 
me ayudó a flotar...
Aprendí que la vida es
un efímero tiempo.
De esfuerzos y de logros,
llantos y desahogos...
Asimismo las tristezas
también son pasajeras...
¡¡¡Pero vivir la vida, 
siempre vale la pena!!!




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