Y lloró mi tierra lágrimas calladas...
Dos pipiolas vidas fueron arrancadas.
Voces inocentes, almas desgarradas
del pecho pueril de mi patria amada.
Dos pipiolas vidas fueron arrancadas.
Voces inocentes, almas desgarradas
del pecho pueril de mi patria amada.
Y se escuchó el grito... ¡¿Dónde están mis hijos?!
La gloria en respuesta, entreabre la puerta.
Solo queda en mano rezar un rosario
y que la promesa, de cielo, sea cierta.
La gloria en respuesta, entreabre la puerta.
Solo queda en mano rezar un rosario
y que la promesa, de cielo, sea cierta.
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