y yo camino sola,
apaleando con violencia
mi última ilusión.
Soy derrotada alba
de un tálamo distante,
y hasta mi propia sombra
me sigue sin pasión.
Soy diluvio de duelos,
torbellino de viento,
un lento agonizar
entre espadas, violento.
Mi esencia a la intemperie
no se siente tan libre...
¡Ningún verso sin nombre
hará que mi alma vibre!
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