Se encienden las estrellas y se apaga la luna.
Es la llegada magistral del tren de mi ocaso
me aferro a la vida, a mi voz, al pincel
al cuaderno de antaño de gastado papel.
al cuaderno de antaño de gastado papel.
Mis palabras se ahogan con el llanto de ayer.
Mis manos me tiemblan agarrando el pincel.
Evocando los versos de canciones que amé
y las danzas sensuales que algún día bailé.
Mis manos me tiemblan agarrando el pincel.
Evocando los versos de canciones que amé
y las danzas sensuales que algún día bailé.
Me desvela en la noche el silbato del tren
que se escucha no lejos de la vieja estación...
que se escucha no lejos de la vieja estación...
Oigo el grito de alerta y el rugir de su viaje
rodando sobre rieles que van a mi abordaje.
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