miércoles, 7 de febrero de 2018

MANOJO DE VIOLETAS

Me niego a palpar la herida
que su partida ha dejado...
¡Que no estalle en canciones
la realidad de esta aurora!
Su amor se ha marchado
y desde entonces me muevo 
entre versos de poesía... 
Por musa, la añoranza 
y por rima de versos, mi agonía.

No intento descifrar la palabra amor
si no, acoplar a cada cual con lo que es suyo...
Una hermosa mañana tiene sol
y las fragantes flores, sus capullos.
La Luna dueña es de la noche
y aun las sombras la contienen.
El ave enamorada del azul cielo
hacia él,  se remonta, cuando muere.

Y yo,  tan solo tengo su recuerdo
atado a un manojo de violetas.
Se me ha escapado el amor 
por la ventana, hacia el abismo 
donde ya existen primaveras.


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