Y es que existe un bosque
donde perdí mi cordura.
Al construir éstos versos
intento frenar mi locura...
El bosque es claroscuro
y sus aves ya no cantan.
En su bóveda negra y fría
resaltan las nubes blancas
y en las nubes, una anciana
acumulando las lluvias
que en las noches de tristezas
rodarán por la montaña.
Sus árboles parecian
pintados color congoja.
Bordeando el bosque, apartado
un paseo color dorado.
Cuando caminé en la senda
mi pie no dejó huella.
Oí una voz desde el puerto
que me gritaba "Estás muerto"
¡Arriba, un cielo nublado
abajo, un cuervo en concierto!
Lluvias y torbellinos
obstruían el camino.
Madejas de hojas y ramas
de arboles que han caído.
El temor me sobrecoge
mis ojos están perdidos
rebuscando en los escombros
algun letrero, algún sino
que me indique la salida
de este, mi bosque, escondido.
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