y al mirar al cielo
no le hablo a las nubes.
Mi voz es la de un pueblo roto
herido y sometido.
Robado de sus raíces
y su herencia ancestral.
Pero aun así
sostiene su esperanza...
No en lo alto
menos en lo invisible...
Si no en el suelo
de su tierra
pues es ahí
donde habita la belleza.