que cubiertos de maleza van al mar.
Las ondas plateadas te besaban
de los astros te quisite enamorar.
La densa neblina fue tu aliada
sin dudar, tu nave, se marchó
mas hoy, el vaivén de las olas
a mi puerto, naufragado, te entregó.
¡Regresas y es muy tarde para amarte!
No deseo lo que un día te pedí.
Ya lo nuestro está muerto y enterrado
No es prudente
interntarlo revivir.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario