oscila en recuerdos de un inmenso caudal
resbalan en mi rostro gotas de lluvia clara
que avanzan como río
sobre un pedregal.
Espero la mañana que se acerca pausada
mientras la luna entona versos
de un madrigal
y son los mismos versos
que enjugan en mis ojos
la corriente saliente de angustia, lluvia y sal.
Ojalá que la noche me regale un recuerdo
que haga más liviana
mi eterna soledad
y que la niña alba
conjure un torbellino
que desbande el agobio
de mi largo penar.