Volverás a los poemas que te he escrito
sin motivos, querrás, amarte en ellos.
Así como, yo, te he amado
y lo he comprobado con mis hechos...
Te entregué mis manos mil caricias
que al principio en maneras, eran pausadas
pero luego rebeladas impetuosas
hacían guerra de amor en la enramada.
Guerra, que en crecida, como río de acuarelas
inyectaba de color tu mar en calma
y adornada con la espuma de las olas
sonriente se besaba con el alba.
Artesana de caricias en tu cuerpo
moldeando tu figura urgentemente...
Fui enlace de amor y de pasiones...
¡Calvario clandestino de dos vientres!